GUAYAQUIL PRÓXIMA A CONMEMORAR SU GESTA HISTÓRICA. "Parte 1"
Por Regina Zambrano Reina.
Poco días faltan para revivir su ejemplar recordación en Américahispana. Tomando en consideración la vasta investigación que han realizado múltiples historiadores, lugareños y afuereños, algunos con necedad y contrarios a la Verdad Histórica, único propósito que debiera tener un estudio de esta índole, aún persisten "controversias" sobre lo qué fue el Nueve de Octubre de 1820 por origen, actores y consecuencias que produjo. ¿Sería justificable lo que un prestigioso historiador quiteño manifestó en cierta oportunidad: "Se aceptan interpretaciones, muchas veces contrapuestas, apasionadas y no bien sustentadas. Creo que la vitalidad de la Academia permite esto"? llevándome a razonar, modestamente, proceder así no esclarece un hecho histórico sino, tal vez, lo entorpecen. Referiré dos hechos.
En 1803 la Corona dictó la cédula real acogiendo el Informe de la Comisión Militar Española de Puertos, otorgando a Lima jurisdicción militar, exclusivamente, sobre la Provincia de Guayaquil debido a los constantes ataques piratas y corsarios sin que Quito o Bogotá acudieran en auxilio oportuno por las distancias; sin embargo, el virreinato peruano se excedió y aplicó a todos los asuntos de Guayaquil tornando más complicadas las actividades de la ciudad como lo refiere el historiador don Jaime Rodríguez Ordóñez en su obra "DE LA FIDELIDAD A LA REVOLUCIÓN: EL PROCESO DE INDEPENDENCIA DE LA ANTIGUA 1809-1820 PROVINCIA DE GUAYAQUIL: "La existencia de múltiples jurisdicciones y la superposición de autoridades les granjearon a los guayaquileños una oportunidad para extender su autonomía y su libertad de acción" Rica en producción agrícola (cacao, madera, sombreros y más) posición geopolítica en el Pacífico, puerto de vital importancia, astillero de gran proyección militar, codiciado por propios y extraños, unido al múltiple desgaste del prestigio y desconfianza imperante (corrupción) en las autoridades españolas ocasionaban conflictos económicos, políticos e incluso, familiares. Guayaquil debía tributar y gestionar en Quito asuntos políticos y judiciales; en Cuenca, religiosos; y, en Lima, cuestiones comerciales y militares.
Luego de muchas vicisitudes, en el intervalo de la vigencia de las Cortes de Cádiz y su abolición por Fernando VII, el doctor Olmedo desempeñándose como Diputado de la Provincia de Guayaquil (1813-14) en sus intervenciones demostró, una vez más, comportamiento acorde con los intereses de su ciudad e identificándose hacia la integración con Quito, conforme lo refiere el autor Rodríguez, al solicitar "el regreso de mi provincia a Quito" (pág.50), digno de ponderarlo, ideal resumido en: "Guayaquil Independiente, Guayaquil por la Patria".
Guayaquil a 3 de septiembre de 2020.